Adú

«Unos tipos complejos y bien trazados, a quienes resulta difícil juzgar, con quienes se empatiza y que nos ofrecen una amplia gama de puntos de vista […] también es verdad que no se siguen las tres historias con el mismo interés«

Año: 2020
Director: Salvador Cano
Reparto: Luis Tosar, Anna Castillo, Moustapha Oumarou, Álvaro Cervantes, Miquel Fernández, Zayiddiya Dissou, Jesús Carroza, Ana Wagener, Nora Navas
País: España
Duración: 119 min
Género: Drama
Puntuación: *** (Buena)

 

 

Sinopsis
En un intento desesperado por alcanzar Europa y agazapados ante una pista de aterrizaje en Camerún, un niño de seis años y su hermana mayor esperan para colarse en las bodegas de un avión. No demasiado lejos, un activista medioambiental contempla la terrible imagen de un elefante, muerto y sin colmillos. No solo tiene que luchar contra la caza furtiva, sino que también tendrá que reencontrarse con los problemas de su hija recién llegada de España. Miles de kilómetros al norte, en Melilla, un grupo de guardias civiles se prepara para enfrentarse a la furibunda muchedumbre de subsaharianos que ha iniciado el asalto a la valla. Tres historias unidas por un tema central, en las que ninguno de sus protagonistas sabe que sus destinos están condenados a cruzarse y que sus vidas ya no volverán a ser las mismas.  [Filmaffinity]

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Análisis

Una auténtica sorpresa. En medio de la carrera hacia los óscar, con toda la atención puesta en los sonados filmes norteamericanos, nos encontrarnos con una notable película española, una cinta de aventuras de factura clásica, una lucha por sobrevivir, cuyos personajes lindan entre el respirar un día más y la muerte. Producida por Mediaset y Netflix, y dirigida por Salvador Calvo (Los últimos de Filipinas), Adú narra de manera paralela tres historias autónomas, cuyo punto de encuentro es el continente africano, la relación del ser humano con África, del mundo occidental con África, sus peligros y grandes oportunidades.

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Sin ninguna duda, uno de los aciertos de la película es la profunda humanización de los personajes, dando lugar a unos tipos complejos y bien trazados, a quienes resulta difícil juzgar, con quienes se empatiza y que nos ofrecen una amplia gama de puntos de vista: indispensable para hacerse cargo de la realidad -y dificultad- de muchos problemas que aquejan a África y a la inmigración. La actuación de unos Guardias Civiles en Melilla, cuya vida pende de un hilo en la defensa de su puesto, quienes se desviven por ayudar a los demás en las ONGs y quienes se enfrentan a los cazadores furtivos, robar para comer, quienes tratan con embaucadores, correr para sobrevivir… son cuestiones donde no cabe una única respuesta. La película se sigue con interés gracias a que Salvador Calvo imprime un ritmo adecuado, muy correcto, manejando diestramente las secuencias de persecución, de suspense y de aceleración con la calma, los diálogos y momentos de reflexión e incluso alguna sonrisa. A pesar de sus dos horas de duración, no resulta pesada, y el reparto temporal entre las tres historias está bien compensado.

No obstante, también es verdad que no se siguen las tres historias con el mismo interés. Por supuesto, la del pequeño Adú es la principal, funciona y cuenta con muchas posibilidades dramáticas. Por su parte, los Guardias Civiles de Melilla -con menor metraje, pero adecuado- cumplen a la perfección con cuanto exige su trama. Pero la del cooperador solidario interpretado por Luis Tosar parece desaprovechada. En su caso, el avance de las escenas no plantea un conflicto de interés -está la relación con su hija, de acuerdo-, pues a pesar de sucesivos diálogos y de profundizar en los personajes no hay meta alguna a la que se dirijan, no tiene objetivo dramático, y a mitad del filme resulta monótona su aparición. Puede resultar incluso testimonial su presencia en la película. Además, en relación al conjunto, en determinados puntos de giro del filme -sobre todo en su final- no se terminan de explicar, resultando incluso inverosímiles, y así dejan una sensación de incomprensión completamente innecesaria.

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De todas maneras, por encima de todo Adú es una película del hombre contra los obstáculos que le impiden alcanzar una vida mejor. Adú entretiene -ojo a la interpretación del pequeño Moustapha Oumarou-, y nos permite tanto soñar como hacernos cargo -aunque sea un poquito, dada su complejidad- de la situación por la que pasan miles de inmigrantes obsesionados con abandonar África en dirección a España, así como de la realidad vivida por quienes custodian la frontera.


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